Te soñé.
Tomabas mis manos y me hablabas,
me explicabas,
con mucha
dulzura,
con
tu mirada fija en mis ojos.
Tus manos contenían las mías,
recuerdo tu piel, tus pulgares acariciando mis manos.
Me explicabas,
me mirabas y
me explicabas y
yo te entendía.
No te despedías,
pero yo no
quería escucharte,
y te entendía.
Mis manos en las tuyas.
Sin
saber cómo es, escribo esto en la arena...
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